El Gin Tonic o gin-tonic es uno de los cócteles que más cambios ha sufrido en los últimos años. Esto se debe al nuevo impulso que ha recibido esta bebida por parte de los consumidores, que ven en el Gin tonic una bebida fresca y perfecta para tomar como digestivo después de una comida copiosa, o disfrutando de una velada con amigos.
Hoy en día existen múltiples variantes del famoso Gin Tonic, a cual más audaz e innovadora, pero en todos los casos lo que no puede faltar es una buena ginebra, la tónica y el hielo, pero, como las nuevas recetas nos pueden confundir, nunca está de más recordar cómo preparar el perfecto gin-tonic tradicional. ¿Te apuntas?
- Copa balón
- Vaso de chupito
Antes de empezar a preparar gin tonic, enfría todos los ingredientes (incluida la ginebra y, si puede ser, las copas). El hielo tiene que ser lo más duro y compacto posible, para que el gin tonic no resulte aguado.
En una copa de balón sirve 5 cubos de hielo.
A continuación, rellena un vaso de chupito con ginebra y viértelo en la copa. Una de las ginebras más tradicionales para el gintonic es la Tanqueray.
Sirve la tónica pegada a la copa, para que pierda la menor parte de gas posible. Ya hay multitud de tónicas para elegir, así que busca una que ofrezca el matiz que quieres darle a tu gintonic.
Para decorar tu copa, lo tradicional es usar unas rodajas de limón, pero se puede usar lima o corteza de limón, ¡y ya tienes tu gin tonic!
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- Si haces tu mismo los hielos, puedes probar a echar bayas de enebro o alguna hoja aromática al agua, antes de congelarla.
- Además de las rodajas de limón, puedes usar desde pepino o rodajas de naranja hasta pomelo, frambuesa, uvas, menta o cualquier otra cosa que quieras combinar.