Cómo hacer un sofrito para albóndigas
Existen muchísimas formas de preparar albóndigas, aunque una de las recetas más tradicionales es hacerlas con un rico sofrito de verduras. De este modo, además de sabrosas, quedarán jugosas y tiernas gracias a los vegetales. Si tú también quieres saber los pasos a seguir, no te pierdas este artículo sobre cómo hacer un sofrito para albóndigas.
Ingredientes:
Pasos a seguir:
Lo primero que deberás hacer para preparar el sofrito de tus albóndigas será pelar y picar las cebollas. Puedes optar entre cortarlas en pequeños trozos o pasarlas por la picadora, de modo que el resultado será un sofrito en el que no se encuentren los pedazos de cebolla pero sí tenga su rico sabor.
Del mismo modo, también deberás pelar los ajos y cortarlos, aunque también cabe la opción de dejarlos enteros. Esto estará especialmente indicado en caso de que quieran quitarse después los ajos del sofrito.
Pon a calentar una sartén con aceite de oliva y cuando esté bien caliente, añade los ajos y la cebolla para pocharlos. Será necesario mantener el fuego bajo para que no se quemen estos vegetales y se cocinen correctamente.
También deberás lavar, pelar y trocear las zanahorias; una vez que la cebolla de la sartén esté transparente -sin llegar a dorarse- echa la zanahoria picada para que se vaya cocinando.
Deberás hacer lo mismo con el pimiento verde o, si lo prefieres, amarillo. La variedad de pimiento italiano es una de las más indicadas para elaborar sofritos para albóndigas, pero puedes escoger el que más te guste.
El siguiente paso será añadir el tomate al sofrito, de modo que puedes optar entre tomates naturales maduros que primero deberás haber pelado o decantarte por el tomate triturado de compra. La segunda opción será apropiada para aquellas ocasiones en las que no tienes suficiente tiempo para pelar los tomates y esperar a que se cocinen.
Remueve con una cuchara de madera para que todos los ingredientes se integren en la salsa y el sofrito quede bien sabroso.
Por último, deberás añadir las albóndigas -que previamente habrás frito un poco- junto con el vino blanco y deberás dejarlo a fuego bajo para que se reduzca el vino y se evapore el alcohol. Y... ¡buen provecho!
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