¿Te apetece comer algún dulce que no engorde demasiado? ¿Quieres preparar un bizcocho con menos calorías que los tradicionales? Has llegado al lugar indicado, porque en unComo sabemos que no quieres renunciar a los dulces pero también quieres controlar tu peso. Es por ello que en este artículo te explicamos paso a paso cómo hacer un bizcocho light para que puedas disfrutar de un queque sin remordimientos.
Para empezar a preparar tu bizcocho light, deberás batir los huevos junto con el azúcar moreno, ya sea con unas varillas manuales o eléctricas, como prefieras. El resultado deberá ser una especie de pasta homogénea y sin grumos. Te recomendamos que uses un bol suficientemente grande para ir añadiendo después el resto de ingredientes de la torta.
Así pues, a continuación deberás verter el yogur, que podrás ser natural sin azucarar —¡no olvides que es un bizcocho light!— o de limón si quieres darle un poco más de sabor. Agrega también el aceite de girasol y la esencia de vainilla y mézclalo todo de nuevo para conseguir que estos ingredientes líquidos se mezclen correctamente hasta formar una mezcla uniforme.
Ahora será el turno de los ingredientes sólidos, es decir, la harina y el polvo de hornear o levadura química (tipo Royal), pero antes de mezclarlos con los líquidos te recomendamos tamizar la harina para que el resultado sea más esponjoso. Así pues, deberás ayudarte de un tamiz o un colador fino para pasar la harina y conseguir así que se airee; si no tienes muy claro los pasos a seguir, te recomendamos nuestro artículo: cómo tamizar harina.
Una vez tamizada, vierte la harina mezclada con el polvo de hornear en el recipiente donde has batido el resto de ingredientes y mézclalo bien para que se integre correctamente. Hecho esto, ya tendrás lista la masa de tu bizcocho light y deberás verterla en un molde antiadherente o engrasado con mantequilla.
Con el horno precalentado a unos 180ºC, mete el molde y déjalo cocinar durante unos 30-40 minutos o hasta que veas que ha adquirido un aspecto dorado por fuera y que, al pinchar con un palillo u otro utensilio punzante, sale limpio. Ya tan solo te faltará desmoldar el bizcoch, esperar a que se enfríe y... ¡buen provecho!
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