La salsa romesco es una salsa de origen catalán que procede de la zona de Tarragona. Existen gran cantidad de variantes y se emplea normalmente para acompañar carnes, pescados, mariscos, crustáceos, caracacoles y verduras crudas como la escarola y verduras escalibadas. También se puede emplear para acompañar calçots, aunque la salsa típica es ligeramente diferente. Si te animas a hacer salsa romesco aportarás variedad y sabor a tu dieta habitual.
Con las cantidades indicadas a continuación podrás elaborar medio litro de salsa romesco aproximadamente.
Pela las avellanas y las almendras tostadas quitándoles la piel fácilmente con los dedos. Utiliza el doble de cantidad de almendras que de avellanas.
Para asar los ingredientes lo ideal sería emplear un horno de leña, aunque en la mayoría de los hogares lo realizaremos con un horno eléctrico o a gas. Si vas a hacer muy poca cantidad, puedes asar los ingredientes con cuidado en una sartén tapada sin aceite.
Con esta salsa se acompañan los tradicionales calçots, te explicamos Qué son los calçots y cómo se comen.
Asa 2 dientes de ajo y deja uno crudo. Pélalos después de asarlos.
Asa 2 o 3 tomates maduros medianos y pélalos una vez asados. El tomate es el ingrediente que más tardará en asarse.
Asa también los pimientos secos o las ñoras. La ñora es una variedad de pimiento redondo, pequeño y rojo que se suele secar al sol. Este ingrediente aporta el color y el sabor característicos de la salsa. Presta atención a que no se quemen, ya que los pimientos secos se asan rápidamente.
Una vez asados los pimientos, ábrelos y quítales las pepitas.
Fríe una rebanada de pan con aceite hasta dorarla.
Introduce todos los ingredientes en un recipiente y añade sal, pimienta, aceite y vinagre. La cantidad de aceite debe doblar a la de vinagre. Puedes emplear un vaso de vino (100 ml), poniendo la mitad de vinagre y el vaso lleno de aceite. Si la salsa queda muy espesa, añade más aceite y vinagre.
Bate todos los ingredientes con una batidora. Antiguamente se hacía mediante un mortero.
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- Opcionalmente puedes poner un puntito de guindilla para darle un toque picante. También puedes añadir un poquito de romero.
- Si sobra salsa puedes guardarla en la nevera unos días o incluso congelarla. Si se ha espesado, añade un poco de aceite y vinagre y bátelo de nuevo.