El dulce de azúcar (fudge) cuenta con una densa textura masticable cuando muerdes y es como que se rompe y se deshace en la boca. Hay personas que tienden a preferir esto a las versiones súper suaves a menudo hechas con crema de leche o leche condensada.
Esta receta no requiere ningún equipo o ingredientes especiales, sólo el azúcar, el cacao en polvo, la leche, la sal, la manteca y la vainilla. En este artículo de unComo te proponemos que aprendas a hacer fudge de chocolate en una receta que se destaca por su practicidad y exquisitez.
Mide el azúcar, el cacao y la sal en la olla que estás usando para cocinar el fudge. Añade la leche y bate hasta que se mezclen. No te preocupes por unos grumos, van a desaparecer cuando se calienta la mezcla.
Lleva la mezcla a ebullición a fuego medio-bajo. Revuelve de vez en cuando con la espátula, pero no con demasiada frecuencia o el fudge será granulado. Mantiene el calor lo más bajo posible para evitar que se queme.
Mientras el fudge se cocina, enmanteca el molde que contendrá el fudge. Llena un vaso o jarra con hielo y agua. Llena el fregadero con varios centímetros de agua fría.
Empieza a buscar la cocción del fudge después de 10 minutos de ebullición. Si estás utilizando un termómetro, el fudge está listo cuando llega a 110º C. También puedes usar la prueba de la bola suave. Usando una cuchara de metal, rocía un poco de fudge en una taza de agua helada. Si se forma una bola suave y flexible, está listo.
Otro indicio de que el fudge está casi listo es que va a pasar de una mezcla de burbujas más grandes y más pequeñas, a sólo las más pequeñas. Comienza evaluando tan pronto como notas este cambio.
Cuando se hace el fudge, apaga el fuego y revuelve suavemente la vainilla y la manteca. Retira de la cocina y coloca el recipiente con fudge en el fregadero con agua fría con mucho cuidado de no salpicar. El agua puede escupir durante unos segundos cuando la sartén caliente se apoya. Sosteniendo la sartén con una mano, bate la crema con una cuchara de madera hasta que esté bastante fresco, pero todavía líquido.
Vierte el fudge casero en tu molde preparado. Debe ser lo suficientemente líquido para extenderse uniformemente. Permite que el fudge se enfríe antes de cortarlo.
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