El frosting es una crema espumosa que se utiliza en el mundo de la repostería para decorar tartas, bizcochos, cupcakes, galletas y todo tipo de postres. Puedes hacer desde la receta más sencilla, frosting de vainilla, hasta las más elaboradas con sabores inimaginables. Si te gusta el arte de la repostería y hacer las decoraciones más creativas pero consideras que los buttercreams pueden ser un tanto empalagosos y con demasiado sabor a mantequilla y azúcar, seguro que esta receta con marshmallows te encantará, pues no se parece en nada al sabor tradicional. Si quieres conocerla y probrarla, sigue leyendo y descubre cómo hacer frosting de nubes de azúcar.
Para preparar este frosting de nubes debes saber que no son necesarios los marshmallows en sí, sino que utilizaremos los ingredientes propios de su receta. De esta manera conseguiremos un frosting con sabor a nubes de azúcar. Lo primero que debes hacer es preparar todos los ingredientes, así que separa las claras de las yemas y, para las medidas en cucharaditas, ten en cuenta que se trata de medidas en cucharas de cocina. ¿Esto qué quiere decir? Que si no tienes un medidor de cucharas deberás utilizar una cucharadita de café y añadir media más por ingrediente para compensar la medida.
Ahora que ya lo tienes todo, ¡empezamos! Lo primero que debes hacer es mezclar en un recipiente con capacidad suficiente, puesto que aquí iremos añadiendo el resto de ingredientes, las claras de huevo con el zumo de limón. El zumo es opcional, si no tienes puedes eliminarlo, pero si tienes te aconsejamos que lo utilices porque le dará un toque diferente al icing marshmallows. No es necesario que los mezcles demasiado, puesto que luego lo batiremos todo. Resérvalo.
Ahora, coge un cazo u olla pequeña, añade el azúcar, el agua y la esencia de vainilla y mézclalo bien antes de encender el fuego. En este frosting, utilizaremos azúcar normal, granulado, para que no sea tan dulce ni empalagoso como los buttercreams. Y, para que la textura sea igual de lisa y cremosa, haremos como un almíbar con el azúcar. Así pues, cuando lo hayas mezclado caliéntalo a fuego lento hasta que el azúcar se haya disuelto. Es muy importante que no llegue a hervir, por eso, si lo prefieres, puedes hacerlo al baño maría. Si tienes termómetro en casa, puedes utilizarlo para medir la temperatura. Lo ideal es que llegue a los 120ºC.
Cuando el almíbar esté hecho, retíralo del fuego. Primero, batiremos las claras de huevo a punto de nieve. Cuando lo tengas, añade la mitad del azúcar y la mitad de miel blanca (corn syrup). En lugar de miel blanca puedes utilizar marshmallows fluff o crema de nubes. Te aconsejamos que no lo elimines de la receta puesto que si lo haces la textura no será tan cremosa, quedará más líquida y se parecerá más a un glaseado que a un frosting. Si quieres teñir el icing marshmallows y darle color, ahora es el momento de añadir una gota del colorante que quieras. Bátelo a velocidad baja durante 5 minutos, luego súbela un poco y mézclalo hasta conseguir la consistencia adecuada.
Cuando lo tengas, puedes dejarlo así y reservar el resto de azúcar para otro momento, o añadir lo que queda junto con el resto de miel y repetir el proceso de batido. Es recomendable que utilices varillas eléctricas o una máquina amasadora con varillas, puesto que con una batidora normal no conseguirás la misma textura espumosa. Cuando hayas conseguido la consistencia adecuada, ¡ya tendrás tu frosting de nubes hecho! Como podrás comprobar, el resultado es una crema deliciosa que le dará a tus cupcakes un toque distinto. Si quieres, puedes decorar tus cupcakes con trocitos de marshmallows. Te animamos a que mires nuestras recetas de frosting de chocolate, de fresa y de limón.
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