El azúcar invertido es el resultado de una reacción química de hidrólisis ácida, también conocida como inversión enzimática. Cuando se produce esta reacción, el azúcar se descompone en sus dos elementos principales, la glucosa y la fructosa, dando lugar a un azúcar líquido e incoloro. Este tipo de edulcorante se utiliza, sobre todo, para elaborar helados, bizcochos, pasteles y otros productos de repostería puesto que su composición permite que no cristalice, manteniendo la textura original del postre por más tiempo. Sigue leyendo este artículo de unComo y descubre cómo hacer azúcar invertido.
Lo primero que vamos a hacer será preparar todos los ingredientes para el azúcar invertido. Es recomendable que el agua sea mineral para que el resultado sea el deseado. En cuanto a los sobres, puedes encontrarlos en cualquier supermercado y tiendas de repostería. Normalmente se presentan en dos sobres, uno con una base de bicarbonato (normalmente de color morado) y otro con un contenido de ácido tartárico (de color blanco). Solo necesitaremos uno de cada.
Ahora que lo tienes todo, coge una olla o cazo e incorpora el azúcar, el agua y el sobre del ácido (blanco), y caliéntalo a fuego medio hasta que hierva. Es importante que remuevas la mecla con una cuchara o espátula para evitar que se pegue y acelerar el proceso de disolución.
Cuando alcance el punto de ebullición, retíralo del fuego y deja que se enfrie. Deberá alcanzar una temperatura de 50ºC. Si no dispones de termómetro, introduce con cuidado el dedo y, cuando esté caliente pero no llegue a quemar estará listo. Entonces, agrega el segundo sobre, el de bicarbonato (morado).
Cuando viertas el contenido del segundo sobre observarás que se crea una capa espumosa, no te preocupes porque desaparecerá cuando el azúcar invertido esté completamente frío. Una vez haya desaparecido, introdúcelo en tarros con cierre hermético y resérvalo en un lugar donde no llegue la luz directa del sol.
¡Y listo! Ya tienes tu azúcar invertido casero preparado para usar en tus postres favoritos. Como ves, la receta es muy sencilla y apenas te llevará tiempo elaborarla. Si todavía no lo has probado, no dudes en utilizarlo para hacer helados y bizcochos, el resultado es espectacular.
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