Cómo hacer calabacín en tempura
¿Quieres preparar el calabacín de una forma distinta a como lo haces habitualmente? Tempurizarlo puede ser una buena manera de hacerlo y esto implica rebozarlo con una pasta preparada a base de harina y agua, una técnica procedente de la cocina japonesa. A diferencia de otros rebozados tradicionales, la tempura resulta muy ligera e ideal para muchos alimentos como el pescado o muchos otros vegetales. Así que si quieres aprender cómo hacer calabacín en tempura, no dejes de leer este artículo de unComo y seguro te chuparás los dedos.
El primer paso para hacer calabacín en tempura será mezclar el agua con gas bien fría con la harina y una pizca de sal. Deberás conseguir una pasta homogénea y, aunque puedes usarla directamente, lo más apropiado será dejarla reposar durante una hora en la nevera o frigorífico.
Cabe destacar que hay quienes para preparar la tempura usan con agua sin gas o incluso con cerveza, eso dependerá de las preferencias de cada uno, el resultado es muy similar en todos los casos.
Pasado el tiempo indicado en el paso anterior, deberás batir una clara de huevo a punto de nieve, ya sea con las varillas manuales o eléctricas. Si no tienes muy claro cómo debes hacerlo, no dejes de consultar nuestro artículo acerca de cómo montar claras a punto de nieve.
Hecho esto, deberás incorporar la clara batida a la mezcla de harina y agua, removiendo suavemente y con movimientos envolventes para incorporarla a la pasta donde tempurizarás el calabacín. Este paso sirve para aportar una textura más esponjosa y crujiente al resultado final.
Por otro lado, deberás lavar el calabacín bajo el grifo para eliminar restos de tierra o cualquier otro tipo de suciedad. A continuación, deberás cortarlo en rodajas más o menos finas —según prefieras— pero intentando que todas tengan un grosor similar.
A continuación, ya podrás empezar a introducir el calabacín troceado en la mezcla de tempura e ir dando la vuelta a cada rodaja con la ayuda de un tenedor para que queden recubiertas por ambos lados.
Seguidamente, pon una sartén al fuego con abundante aceite de oliva y, una vez que esté bien caliente, ya podrás echar las rodajas de calabacín tempurizado e irlas friendo. Tendrás que darles la vuelta con unas pinzas o tenedor y retirarlas de la sartén una vez que estén doradas; ponlas sobre un papel de cocina absorbente para retirar el excedente de aceite.
¡Y buen provecho!
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