Cómo desayunar sano

Desayunar bien es crucial para empezar con ganas y energía tu rutina diaria, por eso no cometas el error de comer cualquier cosa y además a toda prisa. Si no desayunas de forma adecuada a las pocas horas empezarás a sentir malestar y tendrás muy pocas fuerzas para afrontar el día. Esto afecta a nuestra concentración y nuestro humor, debido a la escasez de glucosa necesaria para producir energía que nos ayude a mantener nuestro cerebro y cuerpo activos.

Un buen desayuno te aporta minerales y vitaminas esenciales para pasar todo el día con buen rendimiento, y además si comes sano mantendrás tu peso dentro de la normalidad, pues no pasarás la mañana picoteando alimentos con poco aporte nutricional y no llegarás a la comida principal muriendo de hambre y con ganas de comer todo a tu paso.

Es muy recomendable empezar el día con un zumo de naranja, limón o pomelo, e incluso con algún té blanco acompañado de manzana. Es una buena combinación que además puede sustituir al café si no te gusta especialmente.

Para que un desayuno sea sano debes tomar frutas, así que recuerda comer una pieza de fruta o un zumo natural recién exprimido y con pulpa. Podrás tomar junto con la fruta cereales integrales por su alto contenido en fibras, que te ayudará a eliminar el exceso de azúcar y grasa del cuerpo, a mejorar el tránsito intestinal y a mantenerte más saciado. Un desayuno siempre debe incluir carbohidratos pero hay que escoger los más favorables, nunca debes elegir cereales refinados muy elaborados. Como alternativas adecuadas tienes la avena, la cebada o incluso el pan integral. En nuestro artículo cómo comer avena te damos algunas ideas para consumirla adecuadamente.

Para comenzar tu jornada con un desayuno sano no debes combinar salado con dulce, no se recomienda porque el estómago puede acabar resentido. El azúcar de la fruta es fácil de digerir y no permanece mucho en el organismo, pero si a esto le añadimos comida más densa y salada, entonces la glucosa de la fruta se almacena y puede llegar a provocar inflamación.

Los lácteos de origen animal es mejor sustituirlos por otros de tipo vegetal, las opciones son variadas y deliciosas. Los lácteos tradicionales provocan digestiones muy pesadas y son muchos los estudios que hablan de los efectos negativos de la leche: inflamaciones, migrañas, intolerancias, incremento de la mucosidad, etc. Puedes tomar leche de avena, de almendra o de soja. Se recomienda ingerir un vaso de leche con café o bien un yogur mezclado con los cereales integrales y con la fruta troceada que más te guste.

Si desayunas tostadas, puedes acompañarlas de una cucharada de aceite de oliva, tomate natural y un poco de sal. Nunca debes tomar bollería, ni acompañar el pan con mermeladas ni mantequillas. También puedes comer dos tostadas de pan integral con un par de lonchas de pechuga de pavo o pollo, optar por un queso ligero como el requesón o el cottage o hacerte un sándwich con estos ingredientes que te ayudará a mantener saciado y lleno de energía.

Y por último, recuerda que debes salir de casa con tu cuerpo bien hidratado. Esto es básico para un buen funcionamiento del cerebro y para liberar toxinas. Durante el desayuno toma un par de vasos de agua mineral o puedes mezclarla con el zumo de limón o naranja si está muy ácido, de este modo conseguirás la hidratación que necesitas.

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